Poetas malditos

Charles Baudelaire

Tocaba las campanas de las casas y salía corriendo. Solía patear cubos de basura y vaciaba bacinillas de prostitutas sifilíticas en los sombreros de los señores burgueses. También se dice que podría ser el inventor de la famosa frase pute celle qui lit, conocida en habla hispana como puto el que lee.

Arthur Rimbaud

Solía hacer bromas telegráficas. También escribía paredes. En medio de la Rue Duchamps aún hoy puede leerse "Mallarmé, agarramela que se me vé". Se dice que al poeta no le gustó demasiado y le ordenó quitarlo. Pero Rimbaud, ni tonto ni perezoso le habría dicho "Stéphane, agarramelas que se me van", antes de salir en presurosa huída.

Paul Verlaine

Sus travesuras eran del tipo físicas. Solía ponerle el pie a los cantineros mientras pasaban, causando una grave caída, con sonidos de chapas contra el piso y vidrios rotos. También, en complicidad de Rimbaud, actuaban de la siguiente manera. Mientras Verlaine distraía a su víctima (casi siempre la pobre de Mathilde Mauté), Rimbaud se ponía en cuatro patas detrás del pobre distraido. Luego, un pequeño empujón, y el suelo.

Stéphane Mallarmé

Humor escatológico y desagradable. Mallarmé se destacaba por expeler gases de su ano frente a la cara de su interlocutor más próximo, al grito de fume cela (fumate esto). También podía recitar el alfabeto en eructos, e inclusive recitar fragmentos de sus obras, si se lo dejaba "amasar" unos segundos. Otra cosa que solía hacer era dejar algunos de sus bigotes en los cepillos dentales de sus amigos, e incluso, no solo bigotes, sino vellos púbicos. Pero solo si tenían una verdadera amistad. Algo que tenía de bueno Mallarmé, es que no era confianzudo.

¡¡QUE MALDITOS ESTOS POETAS EH!!! (¡PLOP!)