Allá por 1952, el escritor británico Ian Fleming escribió Casino Royale, una novela de corte policial que narraba la historia de un agente secreto del MI6, con licencia para matar y al servicio de su majestad. Su número clave era 007 y su nombre, Bond… James Bond.
Diez años después de la primera aparición del 007 en los libros, daría sus primeros pasos en el cine. Sean Connery se puso el traje de Bond para Dr. No, la primera película del agente, que comenzaría una incansable saga de, hasta el momento, 22 entregas.
Sean Connery repitió el papel en otros títulos de la franquicia, como De Rusia con Amor, Goldfinger, Operación Trueno, y Los Diamantes son Eternos, lo que le valió el título de “el mejor Bond de la historia”.
Pero, como todos sabemos, Sir Connery no fue el único 007. Luego de su quinta película el actor escocés decidió colgar el revolver, por lo cual George Lazenby fue convocado para calzarse el traje del agente, pero la recepción fue tan mala que los productores tuvieron que volver a apelar a Connery para una nueva secuela. Y así fue, y esa sí fue la última entrega de Bond con el protagonismo del lord escocés, hasta la no oficial Nunca Digas Nunca Jamás, de 1983. Esta película no se cuenta dentro de la saga porque relata la misma historia de Operación Trueno, también protagonizada por Connery.
Luego comenzaría la era de Roger Moore, otro recordadísimo Bond que, para muchos, está a la altura de la personificación de Connery. Moore es el actor que más veces personificó al 007. Siete entregas, desde 1973 hasta 1985, fueron protagonizadas por él, entre las que se destacan Los Diamantes son Eternos, Vive y Deja Morir y 
Pero en 1995, seis años después del estreno de la segunda película de Dalton, el agente volvió a la pantalla grande con Goldeneye, protagonizada por Pierce Brosnan, otro de los Bonds favoritos. Brosnan personificó al 007 en tres ocasiones, y su retiro volvió a dejar el fantasma del punto final a la saga. Se pensó en poner una mujer (Catherine Zeta Jones fue considerada para el papel), se barajó la opción hacer un joven Bond, se rumorearon nombres como Ewan McGregor, Clive Owen y hasta Robbie Williams. Pero el nuevo James Bond sería alguien completamente inesperado.
La era de Daniel Craig, protagonista desde Casino Royale, de 2006, comenzó de manera traumática. Los fanáticos de la saga lo odiaron desde el primer momento, y hasta hubo intentos de boicot en la película. Los seguidores veian a Craig “feo y sin clase”, adjetivos que obviamente contradecían la tradición de galán y dandy que actores como Sean Connery y Pierce Brosnan le dieron al personaje.
Pero cuando Casino Royale al fin se estrenó, muchos fanáticos tuvieron que tragarse sus palabras. Un nuevo Bond había nacido. Más violento, más rudo y con más sentimientos que todos los anteriores dandys mujeriegos a los que nunca se le manchaba el traje. Este 007 sangra, llora y mata, y también desobedece. Y esta propensión a la desobediencia es la protagonista de la nueva entrega, Quantum of Solace, en la que Bond es perseguido por sus propios compañeros del MI6 por sus continuados rechazos a las órdenes de M, su superior, nuevamente encarnada por Judy Dench.
Este año Bond también hizo una nueva (y posiblemente última) aparición en libros.
Una nueva película, un nuevo libro, videojuegos y merchandising aseguran que James Bond no sólo no perdió vigencia luego de 46 años, sino que en este 2008 volverá a ser un suceso en varios soportes, y esta vez con la seguridad de que no será la última vez que lo veamos, ya que al menos Daniel Craig tiene contrato para una nueva secuela de la saga, a estrenarse en 2010/11.
JUEVES 6 DE NOVIEMBRE
007: QUANTUM OF SOLACE
